lunes, 1 de febrero de 2016

LA GUERRA ECONÓMICA CONTRA VENEZUELA: GUERRA TOTAL DEL CAPITALISMO / I PARTE


Factores que propician la crisis económica-política y social estructural venezolana en la coyuntura actual



 Trabajo presentado por Pablo Carvajal, coordinador del Colectivo América Libre y Socialista1
ante grupos de trabajo del Gran Polo Patriótico en septiembre de 2015.


ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Coincidiendo en muchos puntos de vista del análisis de coyuntura aunque en otros no, como es normal, con aquellas organizaciones ubicadas dentro de la izquierda revolucionaria como el Movimiento Tupamaro, el PSUV, el MEP, Marea Socialista,  Círculos Bolivarianos, Izquierda Unida, PPT, Partido Comunista de Venezuela, Escuela Clasista Daniel de León, el Movimiento Gallones, Insurgencia Comunista, PRT y otros partidos y organizaciones que activan, repetimos, en el movimiento revolucionario nacional, y también con personalidades acerca de la grave situación política y económica que vivimos en estos momentos en Venezuela, muy resumidamente exponemos los referentes que han conformado nuestra situación de hoy, para no ser muy extensos, esto porque más que graficar en concreto los hechos históricos ocurridos, lo que nos interesa es mostrar el carácter moral y ético deshumanizado de los conocimientos jurídicos, políticos, económicos, culturales y religiosos con los  que se han orientado y direccionan las ocurrencias  de esos hechos históricos que nos afectan a todos en la gran mayoría, dados en un orden histórico mundial que nos ha regido durante estos últimos doscientos y más años hasta hoy. Y que siempre, además, esos conocimientos aplicados –caso de las ciencias económicas y jurídicas- sus resultados benefician, también siempre, una muy mínima minoría capitalista, como ya lo sabemos todos en general. Por eso:

1. A partir de la independencia de Venezuela lograda en 1830, y conformada ésta en República libre (relativamente), independiente y soberana, cual nuevo Estado Nacional capitalista, la urbanización fue desplazando los espacios agrarios productivos, sin más objetos que los de hábitat y bienestar de las clases dominantes, hereditarias ellas del régimen colonial-esclavista. Esta fue una tendencia general de la que hoy somos afectos negativamente.
La agricultura-ganadería en Venezuela, como base de sostén logístico alimentario, incluso, como base logística de todas las sociedades en general conocidas en la historia, aquí luego se adaptó e implementó a la cultura capitalista-burguesa del uso improductivo de la tierra. Al respecto, el latifundio fue el mecanismo burgués de controlar la tierra para mantenerla improductiva en enormes extensiones, en procura de capitalizarla, de acuerdo con la tradición europea.
Con la extracción minera colonial a placer de los imperios –empezando por el oro y la plata- y luego ya en el capitalismo propiamente, la de hidrocarburos, el hierro y otros importantes minerales a más del carbón, que empieza entre la primera y segunda décadas del siglo XX, las líneas de producción económica aplicadas en nuestro país nada tienen que ver con la satisfacción de las necesidades alimentarias y de bienes y servicios de las poblaciones de nuestros país. Ni mucho menos nada tienen que ver con la industrialización como línea de pensamiento nacional. En ello, la pobreza mental y miseria cultural que infertiliza el pensamiento de la dirigencia política durante más de 160 años -desde lograda la independencia hasta la llegada del hoy desaparecido presidente Chávez en 1998-, ha caracterizado un largo periodo que nos ha dejado la miserable e ignominiosa heredad de sus resultados gubernamentales.

2. Así,  al paso de los tiempos, por ejemplo, llegada la década de los 90 con la política de privatización –con aquella vilipendiosa Ley de Privatización aprobada por aquel Congreso Nacional adeco-copeyano-masista en 19925, 10 de febrero de dicho año- entregaron servilmente como “su” regalo a consorcios multinacionales nuestra Siderúrgica (Artículo 6) -términos de “empresa en marcha”, esto es, empresa chatarra- aquella que le costó construirla a nuestro pueblo más de treinta mil millones de dólares fuertes de 1950, y la regalaron por apenas pírricos 1.800 millones de dólares depreciados (con más de 45 años de depreciación) a precio de 1996 bajo el  segundo gobierno de Caldera. Dólares que se repartieron entre sí grupos dominantes de Acción Democrática y de Copei  en asociación delictiva de negociaciones entrecruzadas con las transnacionales compradoras. Esto se aditamenta con los endeudamientos acumulados y sucesivos de unos gobiernos a otros.

3. Y de allí, por último, se remarcan ascendentemente las obligaciones financieras que nuestro país tiene que afrontar con acumulación desproporcionada de intereses a largos plazos, produciendo un diabólico desbalance entre su baja rentabilidad de capitalización nacional y la explosiva subida del pago del servicio de su deuda por los empréstitos y conversiones de deudas a capitalizaciones de mercado abierto -el caso de los Bonos Brady, en las modalidades Bonos Par (Par Bond) y los de Conversión de Deuda (DCB´s), los cuales se emitieron por mil millones de dólares, dados en un plazo de 21 años, que ya fenecieron y, sin embargo, esta misma deuda sigue vivita y coleando, y pesando sobre nuestras determinaciones políticas, jurídicas, económicas y sociales como aquella piedra eterna que carga Sísifo en el infierno-. Porque, aunque usted no lo crea, esos Bonos no pueden ser redimibles por el gobierno de Venezuela de acuerdo a su conveniencia y voluntad, no. Dado que el estatus jurídico de su posesión -patrón de propiedad histórica que tenía el gobierno venezolano sobre dichos papeles-, ha sido, fue, traspasado en determinaciones absolutas, eternas ut universalis de uso (por ese derecho leonino del más fuerte), a quienes hoy son sus poseedores en el orden jurídico financiero internacional. Este estatuto jurídico de poseedores de la deuda pública venezolana –estatuto jurídico de amo absoluto y eterno de esa deuda mientras más la paga el gobierno- pasa a lo que denominan “Deuda Consolidada” de parte del gobierno de Venezuela, en su contabilidad gubernamental de gastos. Esto es, pasa a ser deuda eterna que el pueblo de Venezuela tiene que pagar y tiene que sostener dándole dinero a eternidad a chantajistas financieros, ladrones caradura ellos, de por vida, por su “derecho” de propiedad privada sobre unos papeles con valor de mil millones de dólares que -por contrato amañado, arbitrario, hecho con trampas jurídicas y sobre la inmoralidad de esos gobernantes que aceptaron dicho canje y lo firmaron (capitalismo de Estado)- sin importarles los términos de esta negociación criminal  y  contra la voluntad del pueblo de Venezuela.
 Esos son los términos perversos de lo que es el derecho económico capitalista y de propiedad privada.

4. Por conclusión a esta visualización histórica muy limitada, todo este marco ignominioso y degradante contra los intereses de la nación venezolana en general, de hechos de la vida política-jurídica-social religiosa y cultural de Venezuela durante estos últimos cien años, hasta aquellos momentos de 1998 en los que llegó el comandante Chávez, solamente las hemos graficado de manera general para señalar que esas son las bases políticas-ideológicas y culturales -religiosas  con las que se han constituido los fundamentos jurídicos, económicos-productivos, industriales-comerciales, monetarios-financieros, de lo que constituye nuestro contexto interno de la vida estructural y constitucional del Estado y República de Venezuela hoy. Y que pues, sobre ese territorio concreto, complicado y malsano histórico que hoy tenemos, es en el que la revolución bolivariana socialista intenta, hace y realiza extraordinarios esfuerzos por transformarlo previamente, para luego intentar cambiar causalmente profundo, de raiz con limpieza de sanación nueva, de moral, espiritual-ética del humanismo socialista y avanzar en construir una nueva sociedad. Así, de esta manera, es que entendemos la intencionalidad de causalidad fundante del socialismo del gobierno bolivariano, revolucionario socialista, chavista, que inició nuestro siempre comandante Hugo Chávez.
Pero, he aquí los peros, tengamos en cuenta que el sistema capitalista ha sido constituido con valores de conocimientos ancestrales de deshumanización sistemática estructurada histórica cuando los imperios europeos invadieron los distintos continentes de la tierra, empezando por nuestro rico y extenso continente de Abya Yala. Valores que aún están supérstites y hoy se reproducen por sí mismos en este presente en la presencia todos los sistemas de conocimientos que se aplican, los que manipulan los sectores más poderosos. Y contra esos valores de conocimientos  nos enfrentamos en este hoy, en estos momentos.
   
II. POR ESO, EL ORDEN RÍGIDO DEL SAQUEO CAPITALISTA CONTRA LOS RECURSOS Y BIENES NACIONALES SE MANTIENE AÚN HOY CON LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA.

1. Habida cuenta que todo el marco jurídico y legal, de derecho constitucional, privado (nacional e internacional), el de derecho comparado y el de práctica en las relaciones jurídica entre naciones -combinación entre factores nacionales e internacionales-, así las leyes económicas de la producción cuales son las leyes de presupuestos anuales nacionales, están históricamente diseñadas para mantener la unidad (constitucional) de saqueo y reparto de los recursos y bienes del Estado capitalista, entre las estructuras de poderes de dominación de clases mediante el sistema económico, monetario-financiero y comercial, tal como los diseñaron los invasores imperialistas europeos a partir del siglo XVI en lo adelante: las clases religiosas, fundamentalmente, de la iglesia católica, la de las antiguas castas conservadoras (de reyes dioses y sátrapas) y de la burguesía industrial y comercial, en “santa”, sagrada y eterna alianza, como expresión del poder del imperialismo capitalista, los que, en estos momentos presentes, están allí, señeros, palpitando en esta nuestra situación de hoy. Esto es sumamente importante tenerlo en cuenta por la profundidad y extensión histórica que entraña en el curso de estos últimos quinientos años.
Al respecto, los mecanismos legales con sus formulismos jurídicos del derecho de dominación son muy sutiles y perspicaces con su lógica deóntica para mantener el orden histórico capitalista inamovible, y se sostienen inamovibles –por ley capitalista de Resistencia a los Cambios históricos- por sí mismos en las determinaciones de los hechos que se producen en el día a día con las leyes que nos rigen legalmente, incluso, en nuestro caso venezolano particular,  aprobadas por esa nuestra Asamblea Nacional de hoy. Y en este marco –tan igual como el de la anterior Ley Orgánica de Crédito Público (LOCP) del pasado Congreso Nacional, como así la Ley del Fondo de Inversión para la Estabilización Macroeconómica (FIEM) vigente- se formulan las leyes, por ejemplo, la Ley Orgánica de Administración Financiera del Sector Público (LOAFSP) del año 2000 que hoy nos rige –ver artículos 81 y 82- junto con otras leyes como la del mercado de capitales en los diseños de los sistemas financieros, monetarios y presupuestario, fiscal, en Venezuela; y cuyos criterios jurídicos de base “cumplen” los pasos legales del artículo 203 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, acerca de las cuatro categorías de leyes orgánicas. Esto es, acerca de los referentes históricos del conocimiento financiero jurídico nuestro que hoy se aplican por mandato constitucional, los que tienen sus antecedentes en la Ley Orgánica de Hacienda Pública Nacional (LOHPN) de 1938 -momentos en que los banqueros extranjeros administraban y controlaban los ingresos y recursos monetarios financieros de Venezuela- y con la que se adecua “la normativa de los procesos fiscales a las exigencias de la nueva Constitución cuya innovación en materia fiscal se centra casi exclusivamente en el tema de las reglas macro-fiscales”. (Ver “Análisis de la Ley Orgánica de Administración Financiera del Sector Público", Coordinación de Postgrado de la Universidad de Oriente, Núcleo Monagas, marzo 2011, legislaciónempresarial.blogspot.com).
Prácticamente, la legislación moderna en materia fiscal instaurada en la segunda década del siglo XX próximo pasado, viene de ahí, de ese mismo contexto al que estamos haciendo referencia. Fue en 1915, hacen exactamente cien años, con las orientaciones de la Alta Comisión Internacional de Legislación Uniforme cuando se reformuló la estructura de componentes de los tributos en Venezuela y su sistema tributario legal. Y se sigue así en unas secuencias de reformas legales –pasando por la década de los años veinte, cuando los ingresos petroleros llegan a sobrepasar la importancia de las exportaciones agrícolas-, hasta llegar a la aprobación y establecimiento de la Ley de Impuesto Sobre la Renta en 1942, pasando por la formulación de la Ley del Trabajo en 1936, y la de la Ley y establecimiento del Banco Central de Venezuela en 1939; y luego, la aprobación y establecimiento de la Ley de Hidrocarburos en 1943.
 Lo que hay que apreciar en todo este juego de reformas y establecimientos legales para la conformación del estatuto jurídico del Estado capitalista venezolano, es que, caso de los años de la década de los 40 y siguientes, en la medida del incremento de los ingresos provenientes de los recursos petroleros, la estructura tributaria se disminuía en su peso de obligaciones a favor de la mediana y gran burguesía venezolana y de los mismos capitales extranjeros que operaban aquí en nuestro país, con la famosa “rebaja por inversión”. Y esta fue la política que adoptó Acción Democrática. Así modificaron la Ley del Impuesto Sobre la Renta en toda su estructura tributaria y disminuyeron los impuestos directos. Y de la misma manera actuaron en los años 70 y siguientes con el denominado boom petrolero durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez. Luego, para el mayor remate, impusieron los impuestos indirectos en el que todo el peso de los tributos recae sobre las poblaciones de menos ingresos, los más pobres, impusieron el Impuesto al Valor Agregado (IVA).

2. En todo ese periplo de décadas, de centurias o de siglos, se fueron, se han venido, estatuyendo los mecanismos monetarios y financieros sobre la base del juego perverso y combinado de las leyes del dinero con la de los precios, en un plan de expoliación económica y fiscal-presupuestaria contra las siempre indefensas poblaciones; y en el que siempre se mantiene incólume la propiedad privada de los capitalistas nacionales e internacionales con aniquilamiento sistemático de los medios de vida nacional, dados por los mecanismos económicos y monetarios expresados en la ley de la oferta y la demanda, que Carlos Marx denominó “Ley de la Miseria creciente contra las poblaciones”.
Y todo esto pues, hasta llegar a nuestra situación de hoy, en este presente de gobierno bolivariano, de manera que, por ejemplo, desde el punto de vista jurídico, el problema de los endeudamientos públicos siguiendo esa misma tradición del Estado venezolano, a través de la política de Mercado Abierto –que fue un asunto en el que fungió como artífice del gobierno del presidente Chávez, el Dr. Giordani, y que sigue manteniendo el actual equipo económico de usted presidente Maduro-, puesto que los endeudamientos públicos del gobierno central por políticas de mercado abierto, los que se recibieron en 5% en 1998, hoy están en un 15% mayor. Y la relación de la deuda total se ubica respecto al producto interno bruto (PIB) en 40% aproximado. Y este es un asunto que toca la esencia histórica misma del derecho de propiedad nacional con su base de moral en la jurisprudencia del derecho de desapropiación contra los pueblos, de los regímenes jurídicos europeos, aplicados al nuevo Estado nacional después de la revolución francesa hasta acá, que se realiza por los mecanismos financieros y de financiamiento, a través de los endeudamientos6. Y así funciona dicha esencia profunda de desapropiación, tanto en la práctica internacional como en la del derecho privado nacional del tráfico crematístico de los financiamientos entre las naciones. Aquí el mercado de capitales, mediante las políticas de mercado abierto, cumple un papel sumamente importante para generar los desajustes de la balanza de pagos con su “liquidez monetaria”. Y lo cumple porque con esa “liquidez” del mercado de capitales –mediante el alza constante de la tasa inflacionaria como referente de la tasa de rendimiento de los capitales-, se logra mantener en desbalance las exportaciones –las que son cada vez menores- y las importaciones, las que son a su vez cada vez mayores por encarecimiento de las divisas a través del encarecimiento del tipo de cambio. Que es exactamente lo que nos está ocurriendo: cada vez exportamos menos, en tanto importamos más. Se cumple así, por otra forma de sus manifestaciones, la Ley de Malthus de la escasez combinada con la de Adam Smith de los precios crecientes.
Por tanto, hoy, en este presente histórico coyuntural, se nos impone al movimiento revolucionario, bajo la concepción científica de la revolución socialista, una revisión total, honda, profunda, de todos esos por menores y por mayores jurídicos y sociológicos políticos-económicos y culturales, con los que se han conformado este estado y condición de lo que es nuestra república y vida social, civil y política-jurídica, educativa y religiosa-cultural de este presente (2015), respecto al verdadero manejo, dirección y administración liberadora y soberana de nuestros ingresos y bienes nacionales; nuestro destino con rumbo al socialismo. Y como así, también revisar críticamente, revisar el marco contextual de las relaciones jurídicas mundiales en las que se inscribe y desenvuelve la geopolítica venezolana, en una interconexión de flujos de capitales expoliadores, los que, en su venida y su ida, su regreso, a sus naciones de origen, jurídica y legalmente, se llevan siempre la mejor tajada de nuestros recursos territoriales nacionales, además de los esfuerzos y conocimientos de nuestros trabajadores. Todo legal, jurídica y constitucionalmente capitalista.
Por consiguiente, bajo ese marco regulador económico histórico leonino, las relaciones internacionales -en las que rige el derecho internacional privado en connivencia con el derecho privado nacional-, el enorme y gigantesco drenaje de salida de los ingresos petroleros de Venezuela hacia las arcas de esas clases dominantes en el exterior, han sido y son los efectos más seguros de las políticas y mecanismos jurídicos-económicos y monetarios financieros determinados por las leyes del Banco Central de Venezuela y de otros entes gubernamentales, incluso.
Tal  y así como ocurrió con el RECADI adeco-copeyano y con el cual esos gobiernos apátridas les otorgaron enormes cantidades de divisas productos de los recursos petroleros de nuestra nación, mediante empresas de papeles y de maletín hasta a los mismos ricos capitalistas norteamericanos. Hoy con CENCOEX, SICAD 1 Y 2, y lo que, con CADIVI y el SITME, y ahora el SIMADI, se hace casi lo mismo legalmente, por ley. Estos aspectos no se tocan nunca.
3. Pero volviendo a la política de la cuarta, ¿qué efectos generó alcanzar la política monetaria de la burguesía con RECADI con sus dos tipos de cambio que tenía en aquel momento -igual que con el SICAD 1 Y 2 de hoy-, en tanto mantenía el mercado negro para sus negocios? Logró lo siguiente: aparte del diferimiento de la negociación de la deuda con la banca acreedora y aumentar (mañosamente) el superávit en la cuenta corriente de balanza de pagos, muchas empresas públicas vendían de manera oficial divisas en el mercado negro; de la misma manera, las empresas privadas tenían sus niveles de inventario en dólares para la oferta y demanda en divisas en el mercado negro. Todo ello de acuerdo con la Ley del Banco Central de Venezuela y demás providencias respectivas. Y el negocio era redondo para los políticos empresarios del gobierno y para los de la empresa privada, quienes se vendían y se daban el vuelto. Ver “DEUDA… Crisis Cambiaria. Causas y Correctivos”. Oscar A. Echevarría, Universidad Católica Andrés Bellos, Caracas, 1986. Todo ello pues, cubierto con la mampara de la ley in situ.
Por eso, nada para extrañarse ni para formar alharacas con chácharas de gamonales pequeño-burgueses, esta es una situación que en estos momentos del presente no ha variado ni se le ha buscado seria y eficazmente eliminar, porque la misma esencia jurisprudencial del marco constitucional capitalista lo impide si se le sigue su juego -pese a los grandes esfuerzos que realizó el presidente Chávez junto con personalidades preocupadas a los efectos, al igual que los que realiza usted presidente Maduro en estos momentos. Por supuesto, es necesario aclarar que esta situación que estamos señalando no es responsabilidad exclusiva ni resultado único del gobierno bolivariano, bien que sí es de su responsabilidad administrativa coyuntural en lo actual de nuestra hora, el tener que solucionarla, pero que, al fin y al cabo, él no ha sabido ni podido aplicar mecanismos de solución revolucionaria, que es meollo de nuestro asunto, y la responsabilidad del gobierno actual, de su gobierno presidente Maduro.
Porque en ello, repetimos, se trata de un entremezcle de hechos súper complejos y súper complicados que confunden a todos y que se presta a todo en una maraña inextricable, en la que el poder capitalista absorbe al gobernante en su inmediatez de respuestas. Lo absorbe a través de los mecanismos de tecnología jurídica, económica y monetaria financiera de sus técnicos y expertos, con sus causalidades invertidas ahistóricas; y con los entrabes de formalismos jurídicos de especialistas  y éste (el gobernante), al fin y al cabo, no se da cuanta. Ni al ser arropado por esa avalancha incontenible de hechos inefables, tiene tiempo para darse cuenta de que la inmediatez del poder capitalista lo ha absorbido, se lo ha tragado, además. El poder por el poder capitalista destruye y se traga todo vestigio sensible de lo humano, deshumaniza al hombre-mujer que llega al poder y lo cultiva única y exclusivamente para su poder personal.

 NOTAS



5. Esta fue una estrategia del capital multinacional de tomar las empresas básicas –aquellas que determinaban su producción con bienes de peso universal de uso (us universalis), aquellos considerados estratégicos de los Estados nacionales. Y a partir de ahí influir con su peso económico estratégico y status jurídico internacional sobre las decisiones constitucionales de los gobiernos, cambiando los fines nacionales a su favor, incluso, imbricándose en el Estado a través de testaferros gubernamentales propios del país. Página 12.



6. “Los movimientos del capital siempre ejercen influencia, cambiando la distribución temporal de las posibilidades de gastos en áreas que exportan y áreas que importan. Sino existen distorsiones, el capital se moverá a fin de reducir las diferencias de tasas de retorno y, por lo tanto fluirá desde los centros donde las tasas de interés sean bajas a aquéllos donde sean altas. Estos movimientos de capital siempre aumentarán el poder de compra en los centros que tomen prestado (prestatarios) a expensas de los centros que prestan (prestamistas), creando así los medios para que los prestatarios gasten más que su ingreso y la necesidad para que los prestamistas gasten menos que su ingreso. El resultado es que en los centros prestamistas las exportaciones deben exceder a las importaciones y en los centros prestatarios las importaciones exceden a las exportaciones, dando lugar a un superávit en la balanza comercial de los primeros y a un déficit en la balanza comercial de los segundos”. Robert Mundell, DIECISEIS ENFOQUES AL ANÁLISIS DEL BALANCE DE PAGOS, Instituto Interamericano de Mercados de Capital, Caracas-Venezuela, 1981.

Esta es una Ley de Relaciones de Desigualdad y de Dependencia Económica y Comercial de los países de la periferia a los centros financieros, ley que se cumple in situ con la de la “liquidez del mercado de capitales” o como la llamó Keynes del “fetichismo de la liquidez”. Página 18